De grandes proporciones, el conjunto conventual lo integran la residencia, la huerta en el lado norte, el claustro y la iglesia. El convento fue fundado en 1691 por el abad de la Colegiata de Zenarruza, Ignacio de Munibe y Axpe, hijo de los condes de Peñaflorida.
La iglesia, construida bajo el marchamo barroco, se inauguró en 1724. Se desconoce quién fue el arquitecto, si bien se atribuye la construcción al carmelita fray Marcos. En 1808, quedó suprimido el convento y se convirtió en cuartel para las tropas francesas. Asimismo, en 1839, con motivo de la exclaustración, los religiosos fueron expulsados hasta 1869.
La fachada, de piedra arenisca dispuesta en sillería, presenta tres cuerpos: uno central y dos laterales. El central, más elevado que los laterales, acoge una hornacina con la escultura de la Virgen del Carmen y está rematado por un frontón triangular que incluye el escudo de la Orden. Los cuerpos laterales, más bajos y estrechos, están rematados por espadañas.
El interior del templo presenta planta de cruz latina, ábside recto y tres naves. Las dos naves laterales, de la misma manera que las iglesias del Carmelo, están dispuestas a modo de claustro procesional. Su cubrición se realiza mediante cupulillas, mientras que la nave central y los brazos del transepto la hacen con lunetos y el crucero, con cúpula.
El altar mayor, de estilo barroco, está presidido por la Virgen del Carmen; a la derecha se encuentra san Cirilo de Alejandría y, a la izquierda, san Elías. Remata el retablo Cristo en la Cruz, con san Ángelo a la derecha y san Juan de la Cruz a la izquierda. Los altares laterales, barrocos también, están dedicados a san José (evangelio) y a santa Teresa (epístola). Junto a este altar, hay otro dedicado a san Joaquín y santa Ana.
Cada nave lateral contiene cuatro altares. Los de la derecha están dedicados al Sagrado Corazón, san Miguel, santa Teresa de Lisieux y al Calvario o la Crucifixión de Cristo. Los de la izquierda son para la Flagelación, san Juan de la Cruz, san Antonio de Padua y las Ánimas del Purgatorio.
Actualmente, una parte de las dependencias de este convento está habilitada como albergue para los peregrinos del Camino de Santiago.