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CASCO HISTÓRICO

Con una planificación medieval estructurada en tres calles longitudinales y un cantón que las unifica —Guenkalea, Erdikokalea y Kaleokerra— y una calle travesera —Zeharkalea—, la villa estaba circundada por una muralla en la que se abrían tres puertas: la de Orueta, la de Irureta y la de Suso o Goiko.

La muralla era el elemento que marcaba la diferencia entre la villa y la anteiglesia: la primera, de carácter urbano, con una población concentrada, y la segunda, de carácter rural, con una población diseminada. La mencionada muralla fue desapareciendo por la presión demográfica, de manera que la villa fue creciendo en la dirección de sus barrios extremos —los arrabales—. En cada puerta surgiría un arrabal: el de Abesua en la puerta de Irureta; el de Artibai en la de Orueta; y el de Arriba o Goiko (Suso), hoy Karmengo Kalea, que comenzaba en la puerta del mismo nombre.

Los solares que configuran la villa han conocido transformaciones en sus dimensiones y en su distribución interna, por lo que la mayoría de los edificios ha perdido la imagen medieval. Sin embargo, la villa conserva muy bien, a pesar de los cambios efectuados en los períodos moderno y contemporáneo, el trazado de sus calles.

El Casco Histórico fue calificado en 1996 como Bien Cultural con la categoría de Conjunto Monumental y se fijó su régimen de protección. En el año 2000 se calificó, asimismo, como Bien Cultural con la categoría de Conjunto Monumental el Camino de Santiago, y en él se incluyó el Casco Histórico de Markina-Xemein. Recordemos que la ruta costera del Camino de Santiago remonta hasta Mendaro (Gipuzkoa) y penetra en Markina por el alto de Arnoate. Bajando Arnoate, el Camino entra en la comarca de Lea- Artibai por Markina y, siguiendo la ribera del río Artibai, los peregrinos alcanzan Ziortza-Bolibar.

Guen Kalea 13
48270 Markina-Xemein, Bizkaia

Imágenes (16)
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Zeharkalea
Antigua Casa Consistorial. Hasta la construcción del ayuntamiento, el concejo que gobernaba la villa celebraba sus reuniones en el cantón de Erdikokalea, en Xemein y en la iglesia de San Pedro de Elizabarria. La biografía de este edificio, que hoy es sede del Juzgado de Paz, se remonta al siglo XVI. Es un inmueble que ha conocido diferentes fases en su construcción, pues en el siglo XVIII se acordó ampliar el primer edificio existente para, en el XIX, proceder a nuevas reformas y distribuciones en las que intervino el arquitecto Rafael Zavala. Muestra en la planta baja un amplio pórtico abierto, apoyado en ocho columnas barrocas de piedra arenisca del monte Oiz realizadas por Juan de Basaybar y Sebastián de Leixardi entre los años 1636 y 1646. El piso primero mira a las calles Guenkalea, Erdikokalea y Zeharkalea con balcones de hierro forjado. El pórtico, junto a la puerta principal, acoge un lienzo de la Inmaculada Concepción y una cartela con el siguiente texto: Don Francisco Aguriano Obispo de Calahorra y la Calzada concede 40 días de indulgencia al que rece una Ave María o Salve a esta Santa Imagen. La imagen y el texto evocan a la que fue Patrona de la villa desde el siglo XVII hasta principios del XX. Dentro del conjunto de la antigua casa consistorial se incluye la torre, del siglo XIX; su fábrica, así como la maquinaria del reloj, ha conocido varias reformas. El reloj sigue proporcionando la hora y la torre presenta un estado de conservación excelente.
Es un edificio barroco cuya ejecución se atribuye al arquitecto Lucas Longa. Sobre el acceso, rematado por frontón curvo y partido, lucen las armas de los Murga; una figura desnuda de niño sostiene el escudo en piedra arenisca, ovalado, con cinco panelas y orla de trece estrellas de ocho puntas. Destacan en su fachada la sillería, la excelente forja de los balcones, las tallas del alero y los arrendaderos de la planta baja.
En esta calle se encuentran dos casas de viviendas que mantienen decoración pintada en el muro de la fachada principal. La de Zeharkalea nº 3 tiene un frontón triangular con un círculo inscrito sobre el dintel del vano central del segundo piso. A los lados aparecen dos globos aerostáticos, similares a los de finales del siglo XVIII. En la parte superior una leyenda está distribuida en tres orlas, la última tapada por una obra reciente. Dicen “SE EXECUTO” y “AÑO”, sin que se vea la que nos daría la fecha. El fondo del muro se pinta simulando sillares. La casa que ocupa el solar número 7 de esta misma calle también mantiene pintura decorativa en sus muros. En el primer piso se pueden apreciar diversos motivos heráldicos, entre rocalla y vegetales, y en el segundo piso aparecen unos rostros sobre las ventanas. Dos orlas rematan la fachada con: “AÑO” y “1985”. Este edificio ha sido derruido recientemente y su fachada reconstruida con las pinturas reconstituidas.
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Guenkalea
En la fogueración de Markina de 1630, esta torre bajomedieval transformada en palacio queda señalada como de doña María de Ugarte. Con Andrés de Ansotegui, su sucesor, conocería la torre refacciones profundas, pues hizo de ella un edificio residencial. Es el ejemplo de torre construida intramuros con el fin de que sus moradores pudieran estar próximos al poder municipal. La fachada principal, en sillería caliza, consta de tres alturas y ático. Destacan los dos arcos de la planta baja, las ventanas ojivales geminadas de la primera, el gran balcón corrido de la segunda y la hilera de canes. En la planta baja existen vestigios de arrendaderos, anillas de hierro que servían para atar las caballerías. La fachada que mira a la calle Abesua muestra, por el contrario un aspecto más castrense.
En la calle Guenkalea —antes Somera— se alza el palacio Ansotegi o Munibetxea, torre transformada en palacio de cuyo primitivo volumen queda solamente la fachada que mira a Guenkalea y en la que se abren dos accesos ojivales en la planta baja y cuatro pares de vanos apuntados geminados en la primera. El desaparecido inmueble estaba pintado en su parte superior con motivos geométricos similares a los que podemos ver en la parte alta de la casa nº 17 de Zeharkalea. Hoy es un edificio de viviendas al que se accede desde la calle Abesua nº 8.
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PORTAL DE IRURETA
Junto al antiguo portal sur de la muralla (llamado el portal de Irureta) está la casa Arkupe; es un edificio de 1854, neoclásico y con fachada porticada mirando al prado, demostrando su aprecio por el inmemorial lugar de esparcimiento de la villa.
Antiguo robledal, elemento importante en el trazado urbano de Markina, lugar de encuentro y de paseo.
Construcción barroca del XVII (1610), enseña en su fachada el mismo escudo que poseía la torre homónima situada en Urberuaga, junto a la carretera BI-633. El escudo, ovalado, contiene una cruz flordelisada, una banda en boca de dragantes, un árbol con animal pasante y, siguiendo el lema de los Ubilla, la inscripción Paz más vale.
La comunidad que existía sin clausura desde el año 1547 en el convento de San Agustín, frente a Santa María de Xemein, se trasladó en 1653 al actual convento en el arrabal de Abesua. La iglesia data del siglo XVIII (1793). Su fachada de piedra caliza es, en general, sencilla, si bien las manifestaciones barrocas se acentúan en el acceso. Sobre éste hay una cartela de arenisca vacía, tal vez preparada para alojar el escudo de la Orden. Se remata con una espadaña de dos cuerpos coronada por una cruz. El interior tiene forma de cruz latina y guarda las imágenes de la Virgen de la Merced, san Pedro Nolasco, Nuestra Señora del Socorro, san Ramón Nonato y san Blas. Sobre el convento barroco, se levantaron en el siglo XX los tres pisos de ladrillo, obra del arquitecto alavés José Luis López de Uralde. Sobre el acceso, dentro de un frontón partido, se exhibe el escudo de la orden de la Merced: dos figuras de niños sostienen una corona y, bajo ésta, las armas de la Merced, una cruz y las cuatro barras de la casa de Aragón. Asimismo, la fachada muestra otro escudo de la Orden, aunque de ejecución más moderna.
En 1917, El Colegio de la Merced comenzó su andadura, puesto en marcha por las monjas de la merced. Empezaron con un grupo reducido de alumnas, con un objetivo claro: que la mujer tuviera un lugar donde formarse y ampliar sus oportunidades. En 1945, las Mercedarias y las de la Congregación de Berriz se unieron para poner en marcha la congregación que sigue en la actualidad: MMB o Monjas Misionarias de Berriz. En 1961, se realizaron obras de ampliación en el edificio principal para poner en marcha el internado y ampliar la oferta educativa: se empezó a dar Bachillerato agrícola y Administrativo. En esa época, el Colegio pasó a denominarse Colegio de la Vera-Cruz. Ya en periodo de democracia, cuando se abrió la posibilidad de impartir las clases en euskera, en el Colegio se amplió el compromiso que siempre había tenido con la cultura vasca. En 1985, El Colegio de la Vera-Cruz y la Ikastola Zerutxu, se integran, y tomará el nombre de Berakruz ikastola, como lo conocemos hoy.
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