Adosado a la iglesia de Santa María de Xemein, encontramos el cementerio. Construido bajo el marchamo neoclásico y siguiendo las ideas renovadoras de la Ilustración, se edificó en las afueras de la población procurando unas precauciones higiénicas y sanitarias. En el lugar que ocupa el actual cementerio, a comienzos del siglo XIX había sepulturas. Sin embargo, el cementerio que hoy conocemos es de mediados del XIX. Fue trazado por el arquitecto Mariano Lascurain y construido por José Sodupe y Pedro José Loyola. En 1849 se compraron los terrenos y en los años 1850-1851 se procedió a la construcción. Tiene forma rectangular, con una galería de columnas y una capilla en la cabecera con un Cristo romanista. El acceso principal traza la línea divisoria del cementerio en dos partes iguales. Asimismo, al cementerio se puede acceder desde la iglesia y desde el aparcamiento municipal. En un principio, el lugar de enterramiento debió de ser el espacio porticado, y más tarde pasó a la zona descubierta, en la que destaca el mausoleo de José María de Munibe, XI conde de Peñaflorida. Las expresiones neoclásicas las podemos ver en el acceso principal, en el mausoleo de Munibe y en el vestíbulo que precede a la capilla. En ellos se aprecian elementos neogriegos (frontón triangular, columnas y acróteras en sus ángulos) y neoegipcios (formas que recuerdan las portadas de los templos egipcios, pilonos). Asimismo, la galería de columnas recuerda el modelo de vivienda romana. Está declarado Monumento Nacional de Euskadi.
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